miércoles, 11 de septiembre de 2013

ARTE, Templo Expiatorio Nacional.




Templo Expiatorio Nacional San Felipe de Jesús
Gabriela López García.





Los diseños arquitectónicos pueden utilizarse para fines civiles o religiosos. Especialmente, nos interesan los edificios religiosos llamados templos o “iglesias”. En el Centro Histórico de la Ciudad de México hay un número considerable de ellos y para ilustrar nuestros escasos conocimientos arquitectónicos nos detendremos en algunos y ojala estos puntos de vista, estimado lector, los tengas presentes cuando visites este tipo de edificaciones.

Para referirnos a las diferentes características arquitectónicas en las construcciones edilicias utilizaremos el término estilo. En el Centro Histórico existen construcciones religiosas que servirán de muestras para hablar de estilos arquitectónicos. Por eso me gustan las iglesias o templos porque son ellos una muestra contundente de estilos arquitectónicos.

En México, el estilo arquitectónico por antonomasia es el barroco y posteriormente lo fue el neoclásico. Estamos hablando de los siglos XVII, XVIII y XIX. En el siglo XX, las iglesias seguirán los últimos avances e innovaciones de la arquitectura y el urbanismo como la iglesia de la Esperanza de María en la Resurrección del Señor frente a Perisur.

Un ejemplo elocuente de edificio religioso con tendencias barrocas y neoclásicas es la Catedral Metropolitana. Su construcción se inició en 1534 y se concluyó en 1813 de tal manera que quienes contribuyeron en su edificación echaron mano de distintos estilos arquitectónicos. También hay otros templos el Centro Histórico, aparte de la Catedral, con coloraciones barrocas. Ya hablaremos de ellos próximamente.

Ahora, nos interesa hablar de un estilo arquitectónico que no se dio en México en su primera manifestación, el románico. Este estilo se da de los siglos XI al XIII y que florece en Europa. Italia es un país que hoy conserva muchos edificios románicos sobre todo Rávena antigua capital del Imperio Romano de Occidente.

Un día caminando por la calle de Madero para visitar el ex convento de San Francisco el Grande, entramos a la iglesia que está a un lado y nos llevamos la sorpresa de que es un edificio de confección neorrománica. El neorrománico es un estilo arquitectónico del siglo XIX como lo fueron el neogótico, el neobizantino por mencionar algunos. El neorrománico toma como modelo el estilo románico.

Una de las características de la arquitectura románica en los edificios religiosos es la planta  basilical latina con cuatro, tres o cinco naves y crucero de brazos salientes, bóveda de cañón y la fachada cuadrangular con un remate en forma piramidal.

Desconocíamos que el estilo neorrománico estaba en México y excelentemente bien  representando en el Templo Expiatorio Nacional San Felipe de Jesús ubicado en la calle de Madero 11.

Este templo fue construido entre 1886 y 1897, fines del siglo XIX, por el arquitecto Emilio Dondé. El templo consta de tres naves con crucero a manera de la cruz latina. Estas tres naves le dan forma a la fachada: la bóveda de la nave mayor es más alta que las bóvedas laterales.  Hay una capilla auxiliar con una estrada independiente al frente. Este templo está dedicado al primer santo mexicano: san Felipe de Jesús.

A este edificio se le designa con el término de templo porque es un edificio sagrado. Según Wikipedia, un templo expiatorio es una casa de oración donde de manera permanente está expuesto el Santísimo Sacramento para la expiación de pecados. Para los católicos, el Santísimo Sacramento se representa en un objeto. En el caso del Templo Expiatorio Nacional San Felipe de Jesús este objeto está en el altar principal o mayor, lugar sagrado, a la manera de un Cristo o una Virgen como patronos del templo.

El uso correcto del término templo se da cuando nos referimos a un edificio sagrado. Pero regularmente  este edificio sagrado lo denominamos iglesia o parroquia (católicos), sinagoga (judíos) o mezquita (musulmanes).

El termino iglesia puede ser empleado para referirse o a un edificio o a una congregación de creyentes. Cuando escuchamos la palabra iglesia siempre pensamos en un edificio dedicado al culto de un ser divino.
Espero que hayamos aclarado el uso de los términos, templo y/o iglesia. Sigamos con el Templo Expiatorio que hoy nos ocupa y que servirá de ejemplo para hablar de arquitectura.

Como decíamos arriba, este templo consta de tres naves: una nave mayor o central y dos naves laterales. El pasillo de la nave central tiene transepto o crucero que divide la nave central y el presbiterio. El presbiterio es el lugar sagrado del templo y ahí se ubica el altar. En el caso del templo que nos ocupa, en el altar se  coloca el objeto que representa el Santísimo Sacramento.

La fachada de este templo es característica del estilo románico, un frente en tres secciones. El central es más alto que los laterales. Tiene tres puertas al frente y dos laterales, por éstas se accede al interior del templo.

El interior es de una sobriedad inquietante y cada elemento que lo compone invita a la paz y a la tranquilidad. La mirada hace un recorrido por el interior del templo y se detiene en el altar donde se halla el Santísimo Sacramento, dorado y con un espejo central para irradiar luz. Quienes asisten a este lugar busca expiar sus pecados. Hay dos confesionarios, uno para hombres y uno para mujeres, donde se encuentra el medio para purificar las almas pecadoras.

Las paredes de este templo se cubren de enormes imágenes santas y su contemplación nos envuelve en un estado de sosiego. Se vislumbra en lo alto de un muro de las naves laterales un gran órgano. Sorprende su ubicación porque en los templos barrocos, éste se ubica exactamente arriba de la entrada o coro.
Los invito a que cuando caminen por la calle de Madero se detengan un momento frente a este edificio y lo contemplen con ojos incrédulos y se digan a sí mismos: en México no sólo hay barroco también hay otros estilos arquitectónicos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario