Escrita por Hal Gordon y Athena Hosey y grabada por Connie Francis en 1961 tuvo un éxito extraordinario en todo el mundo, fue grabada en ocho idiomas (Inglès, Francés, Italiano, Español, Portugués, Japonès, Alemán y Holandés) y es un caso único, ninguna otra canción ha sido grabada en tantos idiomas por la misma intérprete y cinco de estas versiones llegaron al número uno de las listas de popularidad en diversos países.
De esto acabo de enterarme, pero conozco la canción desde mi niñez, cuando mi primo adolescente que fue a vivir con nosotros, sintonizaba las estaciones radiales donde se tocaba rock 'n' roll en español, que en México fue un negocio de grandes proporciones y fenómeno cultural que permeó el imaginario colectivo de varias generaciones, con decenas de grupos y solistas, arreglistas, productores y músicos, haciendo versiones castellanas de los éxitos norteamericanos.
La primera versión que escuché y la más difundida en México era "Mi tonto amor", que sonaba así:
Y como a miles o tal vez millones de personas en el mundo, la canción me gustó desde las primeras veces que la escuché y hasta la fecha sigue gustándome, es una de esas canciones simples y llanas, sin ninguna complicación ni musical ni literaria, con la más que tradicional estructura estrofa-coro-estrofa, instrumentación austera y tres elementos a destacar que parecen ser los que combinados hicieron de una balada insulsa una canción exitosísima, el timbre de voz de Francis, entre infantil, festivo y susurrante; los coros que aparecen y desaparecen y del mismo modo, saliendo y entrando, las cuerdas que le dan su toque "enamorado".
En la noche solitaria, me despierto para encontrar, a un muchacho que es de otra siempre en mi mente, pero él no sabe, ¡cuánto realmente lo amo!. Whoa,whoa,whoa,whoa,whoa, Pienso que no está bien, cuando sueño así, en su abrazo fuerte y prolongado, y en probar su beso, y entonces me despierto para descubrir, que él es de otra, No mío.. Cada vez que los veo juntos, se parte mi pobre corazón en dos, Sé que yo debería olvidarlos, porque él es su novio, Pero, ¿qué puedo hacer? Whoa, whoa, whoa whoa, Cómo espero y rezo, que el Señor del cielo, me mande a un muchacho, que yo puedo amar, que sea sólo mío, y no el novio de otra.
SOMEONE ELSE'S BOY Whoa-oh-oh, Whoa,whoa,whoa,whoa,whoa Whoa-oh-oh, Whoa,whoa,whoa,whoa,whoa, In the lonely night, I wake up to find, Someone else's boy, Always on my mind, But he doesn't know, How much I really love him so. Whoa,whoa,whoa,whoa,whoa, Though it isn't right, When I dream like this, I long to hold him tight, And to taste his kiss, And then I wake to find, He's someone else's boy, Not mi-i-i-i-ine.
Whenever I see them together, It breaks my poor heart in two, I know that I should forget him, "Cause he's her guy, But what can I do?
Whoa,whoa,whoa whoa, How I hope and pray, To the Lord above, To send me down a boy, One that I can love, Who'll be mine alone, And not someone else's boy.
Julian Adderley, el famoso saxofofonista conocido por la historia como "Cannonball", es uno de los músicos que participaron en en la grabación del disco más emblemático del Jazz, el más vendido de la historia y para muchos críticos el mejor de todos los tiempos, el multicitado, aclamado y mitificado "Kind of Blue" de Miles Davis, en esas memorables sesiones de grabación, tocó por primera vez con Bill Evans, era el año 1958 y en los años posteriores, Cannonball requirió de los servicios del exquisito maestro del piano en varias ocasiones.
Una de estas coincidencias sucedió en 1961, cuando Adderley llamó a Bill Evans a participar en la grabación que estaba por iniciar para que lo acompañara con su piano e hicieran un ejercicio magistral y demostración de virtuosismo por partida doble en emotiva competencia-complementación, pero la misión que tenía Evans, no terminaba allí, Adderley quería que fuera su director artístico, eligiendo el repertorio, haciendo los arreglos y eligiendo a los encargados de la sección rítmica bajo-batería y dicha elección no pudo ser mejor, Percy Heat en el bajo y Connie Kay en los tambores, es decir, una de las bases rítmicas más prestigiadas del mundo del Jazz, la de planta del Modern Jazz Quartet.
En esta grabación, llamada "Know what I mean?", Cannonball logró una obra maestra de la era post bop, que tiene como uno de sus encantos irresistibles, el contraste excitante de su estilo fluído, imaginativo y enérgico, con su sax inconfundible y legendario, con los estilos finos, exquisitos, exactos y sentimentales de Evans, Kay y Heat, los tres músicos de tradición "europea", con formación académica y "clásica.
Pero también es uno de los grandes discos de Bill Evans, donde demuestra su extraordinaria capacidad de adaptación a cualquier estilo o exigencia, con su depuradísima técnica, su genio y virtuosismo, complementados por una acertada elección del repertorio con dos piezas propias: la conocidísima y bella ""Waltz for Debbie" y la que le dió nombre al álbum. "Who cares" de Gershwin y "Venice" de John Lewis, fueron otras afortunadas elecciones, pero los momentos estelares se localizan en las extraordinaria versiones de "Toy" de Clifford Jordan y "Elsa" de Earl Zindars.
De modo que "Se lo que significa" una grabación así, una obra maestra, una cátedra de como tocar Jazz excelso, una invitación para el que se acerca al género y una pieza indispensable en la fonoteca del melómano, recomendada sin vacilaciones, para escuchar siempre y descubrir siempre algo nuevo en ella.
Compuesta por Alfonso Camín, la "Macorina" es la canción más emblemática de un emblema del canto popular mexicano, la legendaria Chavela Vargas, quien hizo famosísima esta canción sumamente erótica y poética, los rumores de la preferencia sexual de doña Chavela por las mujeres, le puso el sazón extra y la frase "Pónme la mano aquí", remataba el coctel, ¿dónde va a poner la mano Macorina? era la pregunta inevitable que incluso se le hacía a Chavela y a Camín el autor de la pieza.
Macorina es un portento de canción, de un erotismo fino y poético, sin pretenciones muy lejanas a los límites de una canción popular , plena de imágenes que establecen el ambiente y los elementos que unen paisaje físico y paisaje erótico, son las sabrosas y afrodisiáticas frutas del trópico, de modo que es casi inmediata la asociación.
Y la voz de Chavela, siempre emotiva y provocadora, hacen redonda la pieza, porque si en alguna canción, la señora Vargas puso una carga erótica extra es en ésta, la voz de Chavela escurre pasión y calor erótico, incluso remarcado exageradamente en los momentos precisos, Macorina es una de nuestras joyas cancioniles populares y una clásica inmortal.
MACORINA.
Pónme la mano aquí Macorina,
pónme la mano aquí pónme la mano aquí Macorina,
ponme la mano aquí. Tus pies dejaban la estera
y se escapaba tu saya buscando la verde raya
que al ver tu talle tan fino las cañas azucareras
se echaban por el camino para que tú las molieras
como si fueses molino.
Pónme la mano aquí Macorina,
pónme la mano aquí pónme la mano aquí Macorina,
ponme la mano aquí. tus senos carne de anón
tu boca una bendición de guanábana madura
y era tu fina cintura la misma de aquel danzón.
Pónme la mano aquí Macorina,
pónme la mano aquí pónme la mano aquí Macorina,
ponme la mano aquí.
Después el amanecer
que de mis brazos te lleva y yo sin saber que hacer
de aquel olor a mujer a mango y a caña nueva
con que me llevaste al son caliente de aquel danzón.
Pónme la mano aquí Macorina,
pónme la mano aquí pónme la mano aquí Macorina,
ponme la mano aquí. Pónme la mano aquí Macorina,
pónme la mano aquí pónme la mano aquí Macorina,
ponme la mano aquí.
En 1979, Víctor Manuel, el cantautor asturiano, grabó "Un corazón tendido al sol", un disco que reflejaba el buen momento que como compositor de canciones vivía, un muestrario de composiciones de gran hechura, temática variada y visiones críticas y bellas del mundo; "Un corazón... y "Sólo pienso en tí", se hicieron muy populares pero hay otras piezas excepcionales como "Pablo y Juana" que "tienen quince años contra todos los que hicieron del amor, una obligación"; "Eran dos niños" la de los pastores infantes que deciden ir a conocer el mar y lloran ante ese espactáculo grandioso; o "El niño que volaba" al que le crecieron alas por tanta necesidad de ser libre y se convierte en un especímen raro que sólo sirve para exhibir y producir dinero.
También como parte de esa colección envidiable de canciones está "Digo amor y digo libertad", una reflexión sobre la libertad, tema muy revisado por un cantante de "protesta" como era Víctor, militante comunista perseguido por el franquismo, sólo que para 1979, con Franco muerto y el franquismo en desmantelamiento avanzado, ya se podía hablar de la libertad más fina y metafóricamente, porque ya no era prioridad atacar a la dictadura, su principal enemiga.
Así que el señor San José (como se apellida Víctor Manuel), hizo una canción sobre la libertad y su relación con el amor y descubre una arista semioculta, la contradictoria relación de ambos estados y revela que el amor hacia algo o hacia alguien, siempre lleva consigo, una acotación de la libertad, cuando amas te debes a algo o a alguien y renuncias a una parte de tu libertad, al tiempo que tomas una decisión muy libre, la más libre de todas por esa implicación contraria a lo que estás buscando, la frase "el amor que me libera, me robó la libertad" sintetiza la contradicción y la relación dialéctica.
DIGO AMOR Y DIGO LIBERTAD.
Digo amor y digo libertad
porque sé que es algo más que compartir la soledad;
digo amor y entrego a los demás
los rincones que me sobran y no quieres ocupar.
Amor. ..mejor vivir provisional
que la rutina es en amor mortal...
Amor. ..reposa tu silencio aquí en mi pecho
que me entrego todo entero como soy.
Digo amor y digo libertad
que tu cuerpo es el timón que hace dibujos en el mar;
digo amor y digo en realidad
que el amor como las plantas si se riega crecerá.
Amor. ..no vuelvas tarde a casa
que la noche es más oscura en soledad.
Amor. ..reposa tu silencio aquí en mi pecho
que me entrego todo entero como soy.
Digo amor y digo libertad
y las cosas que me empujan a vivir con los demás;
digo amor y nombro la amistad
canto al hijo y hasta olvido a los que aquí quiero olvidar.
Amor... desnudos somos uno
y me sorprendes con tu cuerpo de cristal.
Amor. ..reposa tu silencio aquí en mi pecho
que me entrego todo entero como soy.
Digo amor y digo en realidad
que el amor que me libera me robó la libertad...
Amor.
La forma en que escribo mis novelas puede describirse como imaginar que voy a la cocina a freír un par de huevos y luego encontrarme cocinando un banquete. Empiezo con cosas muy sencillas que luego se asocian entre sí con más cosas hasta que me levanto y corro y me siento ansioso por descubrir la siguiente sorpresa, la siguiente hora, el siguiente día o la siguiente semana.
Grabada en "El balcón abierto" disco de 1986, La que guarda... es la canción más directa acerca de la libertad que ha escrito Andión, porque habla específicamente del preciado bien y es necesario hacer la aclaración, porque toda la obra de Parxi alude invariable e instintivamente a la libertad.
En ese mismo disco hay piezas como "General" sobre los horrores de la guerra, las injusticias de la misma y su efecto sobre la libertad, o "Si yo fuera mujer", discurso libertario y feminista, pero La que guarda... es un intento por definir a la libertad, en principio como protagonista de su quehacer artístico y después, como eso intangible que es omnipresente y omniciente.
Que está en todas partes y conoce todo, que tiene una liga muy estrecha con lo que es justo y la injusticia, que es amparo, refugio y esperanza y un detalle de gran originalidad, Patxi Andión, define a la libertad como pesadilla perseguidora de quienes habitualmente la persiguen y desearían erradicarla del planeta.
LA QUE GUARDA LA NOCHE.
Es un borrón en el discurso mentido.
De todas las clases de tribus.
Es la sonrisa de cada canción
que he compartido.
Pagado y vendido.
Pero solo por ella han sido,
Todas las buenas cosas, que he hecho.
Y que me han sucedido.
La que guarda la noche.
La que anida en el mar,
la que humilla al cretino,
la que salva a los niños de morir por llorar.
La que anida en las piedras, los palacios, las cuevas,
las gorras y galones y dormita en las puertas de todas las prisiones.
Vuelan los gavilanes y odia a los generales,
hace hablar a los mudos y esperanza a los muros.
Esa que anda descalza que no es negra ni blanca,
y habla todas las lenguas desde que el mundo rueda.
Nunca lleva camisa, pasaporte ni prisa.
Perdida en los bares y vivió en los altares.
Que no es tuya ni mía, de todos y de nadie.
Viva y muerta mil veces y mil veces renace.
Transbordando en el metro, esquimal o desierto.
Nunca usa tarjeta ni despacho concreto.
Anda por los juguetes, los misiles, los peces,
las sonrisas, los niños, los difuntos y hambrientos.
Los parados los viejos esclavos y señores
Va detrás de abogados y de los dictadores
Viva el cielo y el mar solo por ella yo, solo por ella el mar
. . . ¡ ¡ ¡ L a l i b e r t a d ! ! ! . . .