sábado, 23 de marzo de 2013

ERÓTICAS. Skármeta-Klimt.



Skármeta-Klimt





In Viaggio Con la Vienna Gustav Klimt.

 
 
 
Casi con una pirueta, el joven la prendió de la cintura, la puso bajo su cuerpo, resbaló una de sus manos hasta la cavidad de su vientre e, inspirado por esa humedad, estuvo un rato merodeándole el clítoris, convenciéndose de que era real en ella el vértigo de la piel de una uva. No pudo resistir ese hechizo y descendió a olerlo y a besarlo, a enredarlo en su lengua, y a apretarlo muy leve entre la abertura de sus dientes superiores. El recuerdo de su danza le inspiraba tanto la acción como el control, y la suavidad de la saliva mezclándose con sus fluidos hizo que no perdiera ya más de vista el urgente camino del deseo.
 
Entonces fue ella la que dictaminó el momento, llevando con su mano derecha el miembro de Ángel a la vagina; fue ella quien se lo acomodó empujando las nalgas hacia adelante, y fue ella misma la que, al pesarlo rotundo en su vientre, puso en acción sus músculos y sus membranas para apretárselo tan calzado que las pulsaciones de su verga y las de sus paredes se combinaron en una especie de tango. Un pas de deux que le exigió a su boca la palabra que hasta ahora no había dicho:
 
-Gracias.*
 
 
*Tomado de ''El baile de la Victoria'', novela de Antonio Skármeta.
 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario