MARISA MONTE.
La clausura de los Juegos Olímpicos me resultó demasiado barroca, atiborrada y empalagosa, esperaba de los ingleses algo más sobrio y serio, en realidad parecía una clausura planeada y llevada a cabo "a la gringa", así que la estaba viendo con poco entusiasmo, hasta que se acabó el desfile de nuevas y viejas glorias de la música británica y llegó la refrescante intromisión de la samba y la sonoridad única de los brasileños, pero mi despertar del sopor se volvió entusiasmo cuando apareció la divina Marisa Monte, la cantante amazónica más importante de los años noventas para acá, lugar que se ha ganado a pulmón, delicadeza y una voz de esas que no solo producen sensaciones auditivas, sino que cuando se escucha, hasta la piel se siente estimulada.
Yo la
conocí, por medio de este video que forma parte del concierto
"desenchufado" que Julieta Venegas hizo para MTV, ni sabía que
existía esta artista singular y al escucharla se movieron muchos sentimientos
dentro de mí, desde entonces soy su fan incondicional
y cazador de sus grabaciones, escucha querido lector la canción que me
conmovió, como hacia mucho no me conmovía una canción.
Marisa nació en Rio de Janeiro en 1967 y desde muy joven tuvo la idea de convertirse en cantante de ópera y hacia allá dirigió sus primeros estudios musicales, en 1985, emigró a Italia para continuar sus estudios de canto, pero la atracción que sobre ella tenía la música de su tierra, la hizo decidirse por emprender una carrera de cantante básicamente brasileña, que canta como brasileña, canciones brasileñas, pero que también combina la tradición con la experimentación y la localidad con la globalidad.
En 1989, grabó su primer disco de siete que ha grabado como solista y uno que salió con el nombre de "Tribalistas", con Arnaldo Antunes y Carlinhos Brown, en sus grabaciones y otros proyectos, han participado muchos de los mejores músicos brasileños y de otros países, ha trabajado en sus discos o como invitada con: Ryuchi Sakamoto, John Zorn, David Byrne, Laurie Anderson, Devendra Banhart y Julieta Venegas y con sus paisanos: Gilberto Gil, Paulinho da Viola, Nando Reis, Marcelo Yuca y Se Jorge.
Otra cosa que resulta muy atractiva es que Marisa, suele incursionar en diversos géneros: rock, jazz, funk, blues, soul, bossa nova y samba, moviéndose como pez en el agua, sin importar el género y su voz siempre luce imponente, me hace pensar en la gran italiana Mina, otra dive de voz maravillosa que sabe ir de un género a otro con soltura y naturalidad.
Y así es que, como en la clausura, pocos se dieron cuenta de la presencia de Marisa y ni la prensa la menciona, su fan tecleador de este blog, la resalta y presenta a los lectores que no la conocen.
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