FRIDA KALHO
1907-1954
La sufrida Frida nació en el pueblo de Coyoacán, a las afueras de la Ciudad de México en la primera década del siglo XX (1907), y a los seis años inició su trágica y atormentada vida cuando se contagió de poliomielitis que dejó secuelas en su pierna izquierda, pero era solo el principio, y ella no lo sabía así que siguió su vida normal.
Cuando estudiaba la preparatoria, hecho notable porque en esos días las mujeres no estudiaban, conoció a Diego Rivera, mientras éste pintaba un mural en el edificio de la Preparatoria, entonces tampoco sabía que sería otra de sus fuentes de inagotable desgracia y a los 19 años la tragedia volvió a tocar a su puerta, esta vez de forma devastadora, contundente y definitiva.
Mientras viajaba en un camión del servicio público, éste colisionó con un tranvía, Frida no murió por un insólito milagro, pero salió del vehículo con: fractura de la columna vertebral en tres sitios, además de fractura de la clavícula, tres costillas una pierna y un pie y por si no fuera suficiente, un tubo atravesó su cadera llegando hasta su aparato reproductivo que la dejó incapacitada para tener hijos, hecho que la hizo muy, pero muy desgraciada.
Mientras convalecía, empezó a pintar y un año después del accidente (1927), se encontró otra vez con Diego, en la Secretaría de Educación, donde pintaba otro mural, Frida le enseñó sus trabajos y él mostró mucho interés, además de que le ayudó a madurar su estilo pictórico, dos años más tarde, se casaron, ella tenía 22 años y él 43.
Y entonces empezó su verdadera tragedia: varios embarazos que invariablemente terminaban en abortos y las constantes infidelidades de Diego, a quien ella amaba en forma enfermiza y desquiciada, una de esos episodios, para mayor dolor fue con Cristina, hermana de Frida. Y a todo este sufrimiento del alma se sumaban los variados, constantes e insoportables dolores físicos que padecía como consecuencia del accidente.
En 1938 llegó a México, André Breton con la idea de que México era un país "surrealista", desde su visión eurocéntrica y su idea de la interpretación surrealista- onírica de la realidad, confundió a una cultura diferente a la suya con el reino surrealista en la tierra y por supuesto que cuando conoció a Frida y a su obra, la etiquetó de inmediato como surrealista, Frida por su parte decía: yo no pinto mis sueños, esa es mi realidad.
El resto de su vida fue un contraste total: a la par de su éxito como artista, exposiciones nacionales e internacionales, reconocimientos aquí y allá; su vida era una desgracia total: dolores físicos insoportables y dolores emocionales aún peores que se agravaban por la ausencia cada vez más constante de su amado Diego.
En 1953, sufrió la amputación de su pierna derecha y al año siguiente volvió al hospital con un cuadro grave de bronconeumonía, anemia y para darle matiz, un alcoholismo muy avanzado, hasta que el 13 de Julio de 1954, desaparecieron todos sus dolores gracias al milagro de su muerte y entonces la que empezaba a destacar como una artista fuera de serie, se convirtió en mito y leyenda que ha ido creciendo al grado de que, en estos días, es la artísta plástica mexicana más conocida en el mundo.
La columna rota.
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