CORAZÓN SANGRANTE
Autora: Astrid Hadad
Intérprete: Astrid Hadad
Hastrid Hadad es una artista sui generis con múltiples talentos: canta, compone canciones, diseña su vestuario, arma sus espectáculos, escoge su repertorio, baila, actúa y probablemente diseñe las portadas de sus discos e idee sus videos.
Pero lo más interesante de Astrid, es su visión de su propio quehacer artístico, que podría ser calificado de muchas formas, pero lo que destaca entre esas formas es que su arte es un arte inteligente, con Astrid no hay cabos sueltos, en cada palabra, en cada nota y en cada gesto hay una intención y un fin: un homenaje a algún icono de la canción, el acento o el rescate en algún aspecto de la cultura popular, una crítica social, una revisión también crítica de la naturaleza humana y un humor ácido e irreverente.
Pasa de un género a otro con ligereza y desenfado, crea escenarios surrealistas, se regodea en la estética kitsch, parodia nuestras más sagradas costumbres, se burla de todo y aborda todos los temas tabú divirtiéndose como niña a la hora del recreo.
Corazón Sangrante, es una canción que concentra todos o casi todos esos aspectos y es genial ejercicio de fusión de géneros, cambiando de bolero a cha-cha- cha y a danzòn; y la letra, es cosa aparte, una canción de desamor-místico-culinaria, que vertiginosamente a pasando del reclamo amoroso, a la irreverente comparación con asuntos religiosos y la jocosa intromisión de referencias culinarias y para cerrar con broche de oro, esa lista interminable, ingeniosa y humorística de adjetivos para describir el estado en que quedó el corazón traicionado.
CORAZÓN SANGRANTE.
¿A donde iré, dónde mi corazón pondré?
que no duela, que no sangre, que no arda
lo llevaré por fuera como los santos
para que mires como me has herido tanto, tanto.
Mi corazón sumergido en chile está,
con chile lo adobaste, con mentiras lo estrujaste
mucho se angustia, mucho arde
mi corazón tatuaste con tu nombre.
Lo hubieras dejado en tu chaleco prendido
o mejor ¡ay! te lo hubieras comido
y no dejarme como a Cristo
el corazón sangrante y dolorido.
¿A donde iré, dónde mi corazón pondré?
que no duela, que no sangre, que no arda
lo llevaré por fuera como los santos
para que mires como me has herido tanto tanto.
¿Donde pondré este corazón?, sangrante, picante, ardiente, conquistado, estrujado, espinado, quemado, desgarrado, maltratado, picosito, fregado, herido, perdido, dormido, mareado, negado, pateado, curtido, molido, licuado, tostado, torteado, destrozado, pisoteado, humillado, engañado, adobado, atiborrado, adolorido, reventado, rechazado, revolcado, despatriado, sofocado y además, manoseado.
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