EL VIEJO SISTEMA POLÍTICO Y LAS NUEVAS ELECCIONES.
Enrique Peña Nieto, el candidato que, según las encuestas, posee una clara ventaja sobre los demás candidatos declaró ayer: "No reinstauraré el viejo PRI" y esa no es una declaración hueca o lanzada con descuido, porque se refiere a uno de los asuntos fundamentales que se juega la nación en este momento, fortalecer lo que queda (que no es poco) del viejo régimen paternalista, corporativo, populista y autoritario, o acabar con él para siempre.
Algunos de los escenarios que están presentes, que van a influir necesariamente en el resultado de la elección, que servirían para aclarar el análisis y que muestran que el viejo sistema político que heredamos de la Revolución está muy lejos de la agonía, son:
Siendo Peña el candidato que impuso el sector más identificado con ese pasado, los dinosaurios del partido, ¿tendrá una intención genuina de mandar al olvido el pasado?, ¿su declaración es la respuesta a la propaganda de sus adversarios que anuncian la catastrófica vuelta del PRI al poder? o en caso de que quisiera hacerlo ¿podrá contra los que lo eligieron con la tibieza que ha mostrado hasta ahora?.
Por otra parte, al parecer los diseñadores de su campaña, confiaron mucho en la pasividad del electorado mexicano, en su poca resistencia para ser manipulado y en su proclividad para "la cargada" o sea ir con el que va ganando, pero esa volubilidad también se puede volver en su contra y los acontecimientos de la última semana parecen anunciar esa posibilidad.
La frase repetida por mucha gente, con el tradicional conformismo del ciudadano, "Ya ganó Peña" aunque falte mes y medio para los comicios, empieza a escucharse menos, por primera vez en unas elecciones se presentan actos públicos que no son para apoyar a un candidato, sino exclusivamente para mostrar rechazo hacia él, hay una incipiente "rebelión juvenil" surgida de donde menos se podría imaginar, las universidades privadas y las redes sociales empiezan a ser protagonistas del proceso, todos estos hechos potenciados podrían cambiar las preferencias del electorado tan complaciente del México actual.
Y si se trata de detectar síntomas de vida del supuesto enfermo terminal, también están los métodos y formas de hacer campaña: descalificaciones, incursión en las vidas privadas de los candidatos, compra de votos a cambio de regalos y todos los viejos trucos, fuera de la ley, más otros nuevos que practican todos para sacar ventajas y que demuestran que el viejo PRI está presente y los nuevos partidos son sus alumnos aplicados.
¿Y usted qué opina señor bloguero? Esperaba un poco más de toque personal en este post. ¿Acaso no le enchina la piel, ver a la juventud de su país depertando del letargo y participando activamente para cnstruir un mejor futuro? A mi me tiene profundamente inspirada.
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