KIND OF BLUE.
(Sergio Mondragón).
Trompeta triste trompeta alegre
trompeta que subes la escalera llegas hasta mi estancia
hasta la nostalgia de mi máquina de escribir
trompeta de Miles Davis que narra viejas historias de tu raza negra
historias de tu esperanza atada por mis dedos
estos dedos que son los dedos de mi padre
los dedos de mis hermanos, de mis enemigos
los dedos de las mujeres que rezaron y cogieron conmigo toda la noche
los dedos de mi vieja tarántula que mastica debajo de la higuera
historias de tu esperanza atada por mis dedos
estos dedos que son los dedos de mi padre
los dedos de mis hermanos, de mis enemigos
los dedos de las mujeres que rezaron y cogieron conmigo toda la noche
los dedos de mi vieja tarántula que mastica debajo de la higuera
trompeta escanciada como vino de viñas asoleadas
piadosas viñas de ashram junto al río
trompeta de Davis que tomas la forma de mi falo para ensuciar con flores blancas tu secreto
tu piel de seda tu piano de oscuro cedro
tu piano de copas volcadas sobre el tablero de ajedrez
tu piano ah tu piano tu trompeta de Davis
trompeta, así vas a sonar a la hora de mi muerte
a la hora en que descienda a la tierra del brazo de mis hermanos
todos ataviados de blanco
todos con los brazos cruzados cerrando el círculo de plata
como nos enseñara el viejo Gurú aquella mañana de alcatraces
trompeta, ya fuiste
ya cayó sobre los discos el frenesí de un Gododt
la obsesión de un Howard Frankl, la cal de Octavio Paz espiando las poses de los dioses
la carrera tras la llave que mis dedos bucean
el magnífico calypso que una mujer nos desgrana desde su ventana
como mazorcas mexicanas inscritas en los hábiles dedos de mi mano derecha
Miles Davis, trompeta
te subiste el cuello de tu trinchera amarilla aquella madrugada
a la salida del club en San Francisco
tu piano de copas volcadas sobre el tablero de ajedrez
tu piano ah tu piano tu trompeta de Davis
trompeta, así vas a sonar a la hora de mi muerte
a la hora en que descienda a la tierra del brazo de mis hermanos
todos ataviados de blanco
todos con los brazos cruzados cerrando el círculo de plata
como nos enseñara el viejo Gurú aquella mañana de alcatraces
trompeta, ya fuiste
ya cayó sobre los discos el frenesí de un Gododt
la obsesión de un Howard Frankl, la cal de Octavio Paz espiando las poses de los dioses
la carrera tras la llave que mis dedos bucean
el magnífico calypso que una mujer nos desgrana desde su ventana
como mazorcas mexicanas inscritas en los hábiles dedos de mi mano derecha
Miles Davis, trompeta
te subiste el cuello de tu trinchera amarilla aquella madrugada
a la salida del club en San Francisco
ALL BLUES.
(Miles Davis).