DAVID BOWIE.
1971.
David Bowie es uno de los favorito del que escribe, y hombre de arte que seguramente ya está entre los grandes de la música de todos los tiempos, en esta ocasión, el disco elegido es el tercero de su carrera como Bowie, pues no hay que olvidar que ya había grabado con el nombre que le pusieron sus padres (David Jones) y se editó para delicia de los melómanos, roqueros y bowianos en 1971.
Su antecesor "The Man Who Sold the World" era el primer experimento audaz de Bowie, abandonando los terrenos seguros del rock melódico, perfectamente armonizado, con canciones aparentemente sencillas porque el genio de Bowie las hacía aparecer así e incursionando en atmósferas mas densas y oscuras, con toques metaleros que prodigaba la guitarra de Mick Ronson.
En Hunky Dory hay un regreso a las canciones melódicas y muy rítmicas, y al mismo tiempo se asoman e insinuan las atmósferas extrañas y oscuras que contrastan con la luminosidad que es la característica principal del disco en una especie de caleidoscopio musical, parece que Bowie estaba sintetizando en una tercera obra, sus dos anteriores, al tiempo que equilibra la participación de sus acompañantes, en esta tercera obra no es Ronson el hilo conductor, su guitarra adopta un papel discreto, lo más discreto posible para este guitarrista excepcional y la dirección que van tomando cada canción y la obra completa está en los teclados de Rick Wakeman, antes de formar parte de Yes y hacerse super famoso.
Desde las primeras notas se anuncia la tónica del álbum con la muy conocida "Changes", infalible como entrada, con cambios de ritmo de gran efectividad para anunciar la primera obra maestra del conjunto "Oh Your Pretty Thing" seguida por un remanso para mantener al escucha en tensión y suspenso, "Eight Line Poem" es la relajante y oscura pieza que sirve como entrada para la segunda joya "Life in Mars?, en seguida una canción muy discreta, un tanto opaca y termina la primera parte del show con "Quicksand", una caída a profundidades más grandes y una lección de como" ambientar" la idea y el texto en una canción.
La segunda parte abre con la festiva "Fill Your Heart", que a momentos decae y vuelve a ser festiva, magistralmente conducida por el piano de Wakeman y los arreglos de cuerdas que discreta pero esencialmente aparecen y desaparecen, el botón de oro con que cierra es el solo de sax de Bowie; luego viene la parte apológica del álbum, dos canciones dedicadas a personajes que Bowie admira Andy Warhol y Bob Dylan, ambas piezas son muestra de la intuición genial del camaleón para hacer grandes canciones, con los elementos menos esperados, guitarra acústica y coros exclusivamente en la primera y guitarra eléctrica protagónica con fondo de piano en "Song For Bob Dylan".
La coda del disco la forman "Queen Bitch" que parece un homenaje a Lou Reed y una muestra de otra de las habilidades de Bowie, moverse en cualquier género, estilo o escuela como pez en el agua, la rola en cuestión es fácilmente confundible con cualquiera de Reed hasta llegar a la que cierra el álbum "The Rewlay Brothers" inconfundiblemente bowieana y anticipo de otra obra maestra que estaba en gestación, sí por supuesto que hablamos de Ziggy Stardust.
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