"LA MANO DE LA BUENA FORTUNA"
GORAN PETROVIC
Hay tres tipos de narradores que logran atraparme con sus relatos, aquellos que poseen una gran erudicción lingüistica, que con la riqueza de vocablos que usan y el uso mismo que le dan a las palabras, envuelven al lector en un denso tejido de expresiones, ideas e imágenes, a estos prestidigitadores e ilusionistas del lenguaje no les pido como requisito que presenten una trama, ni una historia coherente, pueden crear personajes memorables o no, basta la magia con que combinan la gran riqueza de palabras para que los lea con deleite.
También están entre mis preferidos, los narradores que son eruditos en otros sentidos, son sabios que dominan muchas áreas del conocimiento y cada línea que escriben es una cátedra que enseña algo, suelen crear historias subyugantes que adornan como virtuosos orfebres con observaciones, relaciones, contextos y detalles que enriquecen al relato y lo hacen gozoso, interesante e invaluable y por último, me gusta leer a los buenos narradores de historias, pueden ser limitados en su vocabulario, pueden carecer de ese "sentido poético" que tienen los grandes escritores para invocar a la belleza y pueden poseer una cultura general básica o superficial, pero saben mantener el interés del lector e ir incrementándolo.
A Goran Petrovic, acabo de descubrirlo, es un escritor serbio consagradísimo, ganador de los más importantes premios a la literatura serbia y yugoslava y "La mano de la buena fortuna" es su novela más celebrada, traducida a varios idiomas, con miles de lectores que la han convertido en una obra "de culto", de esas veneradas por fervorosos lectores.
La mano de la buena... tiene todo eso que me gusta en una novela: lenguaje rico y utilizado para crear bellas imágenes, expresiones cargadas de poesía (entiéndase lo que se entienda), descripciones de una minuciosidad preciosista; también es una novela que muestra a un autor culto y erudito en diversos campos del conocimiento: literatura serbia y mundial, arte Historia de Serbia y sobre todo, una autor sensible que se adentra en los confines de la naturaleza humana.
Y por si fuera poco, es capaz de crear una trama y una historia compleja y fascinante, de esas que van uniendo varias historias que nacen aisladas y que mantienen al lector atento hasta el final, porque es imposible dejar la lectura sin saber el final y aborda un tema que pocos escritores ofrecen a sus lectores, porque es un tema que parece implícito: la lectura y los libros, porque desde la primera línea hasta la última, La mano de la buena... alude, enfrenta, razona, repasa, resalta, apologiza, goza y abraza apasionadamente las diversas cuestiones relacionadas con los libros y con el noble ejercicio de la lectura.
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