ALGO SOBRE LA ARQUITECTURA
Gabriela López García.
El arte es una actividad humana que se diversifica de acuerdo a los
objetos, materiales y fines que se pretenden alcanzar. La actividad artística
surgió con el ser humano. Muchas de las actividades de la época de la
prehistoria llegan a nuestros días con las representaciones de caza de animales en las
cuevas de Altamira (España) o Lascaux (Francia).
Se han descubierto otras
cuevas en lugares inhóspitos donde hoy no hay vida, los desiertos. Las
investigaciones científicas han arrojado datos que proponen la existencia de
vida humana en el desierto del Sahara gracias al descubrimiento de pinturas
rupestres en cuevas cercanas.
¿Podemos llamar a estas pinturas
manifestaciones artísticas? Tal vez para algunos puristas del arte no lo sean porque se realizaron con fines no artísticos,
pero la pintura existe y no se le pueda llamar de otra manera.
Al igual que las pinturas rupestres, los antiguos pobladores de la
tierra construyeron lugares en donde habitar que hoy llamamos palafitos. Hoy sabemos cómo fueron gracias a las
reconstrucciones en los museos. Los
palafitos cedieron su paso a otras construcciones más duraderas que han resistido el paso del tiempo y actualmente podemos admirarlas si
nos desplazamos a Egipto, Grecia, Roma, Perú y México por mencionar algunos lugares.
Estas edificaciones se consideran muestras
de otra manifestación artística, la arquitectura. La arquitectura es una de las
Bellas Artes y se dice que es la expresión artística que se materializa al
proyectar y diseñar edificios.
Como ya lo expusimos arriba, la humanidad ha requerido de espacios para
habitar y protegerse no sólo de las inclemencias del tiempo, sino también de
los animales. En el mundo contemporáneo los edificios cumplen distintas
funciones como casa-habitación, escuelas, museos, iglesias, oficinas etc.
¿Cómo fueron los antiguos edificios, con qué materiales fueron hechos y qué funciones cumplieron? Son
algunas de las preguntas que han dado lugar a la historia de la arquitectura.
Estos edificios se han agrupados en grandes periodos arquitectónicos que siguen
el derrotero de la historia de la humanidad.
Así hablamos de la época antigua en donde incluiríamos la arquitectura
egipcia, griega y romana. La Edad
Media o Medievo en donde se incluyen la arquitectura románica y gótica. El
periodo renacentista. El periodo moderno con el barroco, rococó y neoclásico y
la época actual con un variado colorido arquitectónico en el diseño de las
grandes ciudades.
Comúnmente al hablar de arquitectura se piensa en distintos estilos: clásico (griego y romano), románico
por su referente romano, gótico, renacentista, barroco, neoclásico y otros
tantos estilos surgidos en el siglo XX.
De igual manera es normal asociar un
estilo arquitectónico con momento histórico-social. Por ello se piensa que
el estilo gótico sólo se dio en la Edad Media o el renacentista en la Italia de
los siglos XV y XVI. Sin embargo, la humanidad ha sido espectadora del resurgimiento de estos estilos en épocas
distintas a aquellas en donde surgieron.
Por ejemplo, en el siglo XX encontramos edificios de estilo neogótico o
neoclásico. Los términos nos engullen y no podemos comprenderlos. Solo vemos
edificios distintos y el asunto se complica cuando echamos una rápida mirada a
las construcciones en México, algunas majestuosas y otras no tanto.
En México desafortunadamente no
podemos encontrar todos esos estilos arquitectónicos. La historia de la
arquitectura en nuestro país comienza en las grandes civilizaciones
prehispánicas: olmecas, mayas, mexicas o zapotecas.
Las zonas arqueológicas dispersas
a lo largo del territorio mexicano no responden a los cánones estilísticos
europeos. Los edificios encontrados de las antiguas civilizaciones
prehispánicas arrojan datos distintos para ubicarlas en algunos de los estilos
mencionados. Sin embargo, son estudiados por la arquitectura en tanto los
objetivos, los materiales y los fines para los que fueron hechos.
A partir del siglo XVI si encontramos construcciones arquitectónicas que
responden a los estilos europeos, aunque combinados. No se puede hablar de un
estilo estrictamente gótico o renacentista en los edificios construidos después
de la conquista.
El barroco, como un estilo
peculiar en México, surgió en pleno siglo XVII. En este sentido, los
estilos gótico y renacentista se encuentran en los edificios religiosos
llamados conventos. Es en ellos donde se comienza a perfilar un estilo
arquitectónico propio, vale decir mexicano. No sólo por ubicarse en esta parte
del mundo, sino por la mano de obra que los construyó e imprimió en ellos una
visión del mundo trastocada por la conquista.
Vale la pena detenerse en estos edificios, pues muchos de ellos guardan
un pedazo de la historia de México. En sus muros, hoy silenciosos, se encuentra
una señal del dolor que vivieron nuestros antepasados al ver derrumbarse su
vida y su entorno.
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