GIL Y CIPRIANO
"El Costumbre".
1989
El Costumbre es un trabajo de Arturo Cipriano, posterior a la disolución de La Nopalera y anterior a la formación de Mitote, si la memoria no me falla, se editó en 1989, no puedo precisar fecha, porque Pentagrama, la disquera que lo editó, tiene la mala costumbre de no fechar muchas de sus producciones, como si ese dato no fuera trascendente, ya salió el LP y ya salió el CD y ninguno de los dos tiene la fecha.
La
Nopalera IV, se dió a conocer en 1980 y de allí a la aparición de "El
Costumbre", parece que Arturo Cipriano, no grabó nada, en alguna ocasión
leí que se había embarcado en un viaje por toda Latinoamérica, donde
conoció a muchos músicos, mucha música y se empapó de todas las
subculturas que tenemos en la gran nación Latinoamericana, que el viaje
duró varios años y para sus escuchas estaba desaparecido.
En
la edición de CD, ya no dice que sea sólo un disco de Cipriano, sino de
Gil y Cipriano, por la participación importantísima de Gil Gutiérrez
como compositor en dos piezas y como músico en guitarra y tiple,
respaldados por la llamada Orkesta Nopal-Era, formada por músicos de
varios ambientes, rock, jazz, nuevo canto y hasta folk, ya aparece
Isabel Tercero, la otra parte fundamental del Mitote y una chava que
cantaba con el grupo Tijuana No, sí la hoy famosa Julieta Venegas,
también en coros, están jaramar Soto y Gerardo Enciso, ambos tapatíos y
se dice que se grabó en Tijuana y Guadalajara, eso explica tal vez, la
aparición de tan célebres personalidades.
La
música del disco tiene muchas herencias nopaleras, para su servidor
entrañables, pocos grupos musicales me mueven tantas neuronas y
sentimientos con su sonido inconfundible que, por supuesto, es el sonido
ciprianista combinado con las letras en ese idioma sui generis inventado
por Arturo, están los ritmos latinoamericanos, los destellos roqueros y
la esencia "cantonuevista", pero el otro elemento que ya aparecía en "Tremendo Alboroto", tercer disco de la Nopa, y en "Cristal" de Gerardo Bátiz y Cipriano ya empieza a ser dominante, y se llama el Jazz.
Una
vez más, Arturo Cipriano, un personaje muy importante en la música
mexicana, aunque muy pocos mexicanos sepan quién es, estaba abriendo
rutas con ésta producción, había nuevamente, inventiva, frescura,
experimentación y maestría, sí todo eso, en un disco que nadie conoce.